Cada una de las campañas que realizamos para redes sociales debe ser focalizada a un público objetivo. Debe entregar un mensaje con las palabras ideales que describan nuestro servicio o bien; es necesario convertirnos en parte activa de nuestros seguidores, no ser un ente ajeno, sino parte de ellos. Pensemos cómo hablan, cómo se expresan, que es lo que buscan y que es lo que quieren alcanzar. 

El target debe ser identificado desde el inicio de nuestra estrategia. El mensaje debe ser escrito de manera “personalizada” usando aquellas palabras sencillas que nos harán parte de este círculo. No podemos dejar de lado la imagen, pues esta  se convertirá en aquel insumo que transmite emociones y sensaciones sobre nuestra marca. Texto e imagen, un conjunto poderoso. 

Debemos saber quienes son nuestros potenciales clientes y cómo podemos comunicarnos con ellos. No lancemos mensajes sueltos, sino historias que llenen y atraigan movimiento y posteriormente, ventas. De manera preliminar, es necesario investigar sus gustos, su ideología y volvernos parte de su mundo. Al llegar a la comunidad, generaremos interés y curiosidad con algunos datos,  de esta manera podemos observar los perfiles que nos siguen; este es el primer punto para saber que nuestro trabajo está llegando a donde queremos. Es necesario hacer que cada centavo de nuestra inversión cuente, por ello, la segmentación es una de las principales herramientas. No la dejes a un lado.